viernes, 23 de junio de 2006

Y UN AÑO MÁS...SAN PEDRO.

Llegó el verano y con él, San Pedro, el patrón de todos los valdeandinos/as. Hace años esta fiesta era celebrada a lo grande: varios días de orquesta, actuaciones de payasos y juegos para niños, chocolatada nocturna, vaquilla, la famosa enramada (esta curiosa tradicción se está recuperando desde hace unos años por los jóvenes del pueblo), etc... Ahora todo esto quedó atrás y no son más que recuerdos... Este año S.Pedro es el fin de semana de los días 1 y 2, y con un cartel algo escaso... A las 9 del día 1 comenzarán las fiestas, anunciadas por los dulzaineros y pasacalles, despertando a los más trasnochadores. Con la llegada del párroco, Don Marciano, comenzará la misa y procesión en honor a nuestro patrón. El vermouth no está señalado como actividad en el programa de fiestas, pero es algo obligado antes de ir a comer y disfrutar de un buen lechazo asado. Al llegar la tarde, los hombres se reunirán para jugar a la tuta, las mujeres jugarán sus típicas partidas de cartas, y si el tiempo acompaña, todos podremos disfrutar de un buen paseo hasta, por ejemplo, la Fuente Vicario. A las 9 de la noche comenzará el baile con la orquesta Standar, que hará un descanso para ir a cenar, volviendo alrededor de la 1. El debate respecto ala orquesta ha estado siempre abierto. Está el bando que asegura que si sólo se pone un día de orquesta y ésta es tan mala, es porque la gente, en especial los jóvenes, no van demasiado por la plaza. Luego está el bando de los que creen que esto es tan sólo una excusa barata, y que se debería pensar que quizás sean estas las razones que impulsan, especialmente a los jóvenes, a no participar en la verbena.
Con peor cuerpo y algo más cansados, afrontaremos el 2º y último día de fiestas, volviendo a la procesión, y como no, a sofocar la "resaquilla" en el bar, pero esta vez con algún refresco...Por la tarde, sobre las 6, partido de pelota. Esta es una de las actividades que más gustan. Acaban las fiestas con la actuación en el frontón de un grupo de espectáculos, más para mayores que para jóvenes.
Y aquí acabarán las fiestas un año más, sin perder el espíritu y la alegría, ya que si eres o te sientes de VALDEANDE, todo se verá de otra manera, ya que tarde o temprano, el sol sale para todos. FELICES FIESTAS Y A DISFRUTAR.

7 Comments:

Anonymous JLPA said...

Gracias por la estupenda y casi nostálgica reseña de las fiestas de San Pedro. Nosotros desde Caleruega íbamos andando cuando éramos pequeños. La aventura del viaje, el paso oscuro del tallar, la llegada al pueblo un poco antes de comenzar el baile. La plaza abarrotada, el contador de Calopio Aguilera siempre sorprendente, los bailes en cuesta. El primer baile de mi vida, fue allí a los 15 años, en las fiestas de San Pedro con una chica de Valdeande, que seguro me recuerda por los pisotones :-) Tb recuerdo los bares, incluso la tienda de detrás de la plaza con venta de jamon york, que seguro que sigue estando.
Estos recuerdos quedan en la memoria de uno. Gracias Valdeande! las fiestas de San Pedro siempre estarán asociadas a mi infancia.

26 de junio de 2006, 2:17  
Anonymous Anonymous said...

¿Y la enramada?
Ese olor a chopo, esa sombra tan gratificante que daba cuando bebías agua de la fuente. Ese signo caracteristico que indicaba que Valdeande estaba en fiestas.
...LA ENRAMADA.

26 de junio de 2006, 3:01  
Anonymous Anonymous said...

Muy buen articulo... claro xo sin dañar a nadie. hagamos lo posible por recuperar esas fiestas

26 de junio de 2006, 6:49  
Anonymous Anonymous said...

Respecto a lo del tallar de Caleruega, decir que al final ahí es donde estaba la emoción. El merito no estaba en bailar, sino con quien vuelves por el tallar.

26 de junio de 2006, 9:54  
Anonymous Anonymous said...

Ahí la has dado. Al final, siempre eran los mismos los que se perdían por el tallar.

27 de junio de 2006, 9:55  
Anonymous Anonymous said...

Yo me quedo con lo de la enramada. No importa donde me encuentre, pero si siento el olor a chopo vuelven a mi infancia los recuerdos de Valdeande en fiestas. San Pedro significaba para mi, terminar la clases, dejar Madrid, volver al pueblo por casi tres meses. Montar en bicicleta cada tarde para ver atardecer por la carretera que va a Tubilla... Aunque tengo al suerte de que algunas cosas aún las puedo disfrutar.

28 de junio de 2006, 8:31  
Anonymous Anonymous said...

El paso por el tallar era la ocasión que había para pillar; o sea, el éxito o el fracaso de la noche. Nada que ver con temas de orientación nocturna. Era lo mismo tanto para los iban en S. Pedro, como para los que iban en Sto. Domingo.

29 de junio de 2006, 0:55  

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