sábado, 10 de noviembre de 2007

EL PAÍS DE LOS CELTAS DE HALLABA EN IBERIA











Resurrección de una antigua polémica a la luz de las fuentes históricas, filológicas, toponímicas y epigráficas.

Georgeos Díaz-Montexano. Presidente Fundador Eméritus de la Sociedad Epigráfica (España)
Anverso: Cabeza viril diademada a derecha.Reverso: Jabalí a derecha, sobre punta de lanza.
Debajo CELTITAN. (http://www.tesorillo.com/hispania/2latinas1.htm )
Durante mucho tiempo hemos leído numerosos libros y folletos que afirman y reafirman el origen galo-germánico o centro-europeo de los pueblos denominados genéricamente como “Celtas” (Keltoi) y “Celtiberos” (Keltibero), que poblaron la Hispania Prerromana. Se ha repetido una y otra vez, de manera, casi siempre categórica, esta “supuesta” realidad, apoyada en no pocas interpretaciones arqueo-históricas. En la actualidad diríase -tal como se enseña en escuelas y universidades- “que el postulado teórico ha sido demostrado científicamente”. Sin embargo, debemos preguntarnos: ¿Se han analizado con suficiente rigor y sin actitudes preconcebidas, todas las fuentes auxiliares de la Historia antes de emitir tales conclusiones? Un estudio (que aún, consideramos en fase preliminar) de aquellas fuentes que contribuyen a todo proceso de enriquecimiento y reconstrucción histórica como son las tradiciones, la simbología y Religiones comparadas, la Lingüística, la Epigrafía, la toponimia y las referencias de los antiguos historiadores, ya nos permite responder negativamente. El tema sobre el origen de los celtas hispanos, tal y como se acepta hoy día, como oriundos de centro Europa, no puede darse aun por inapelable, y mucho menos ya zanjado.A partir de este artículo iremos abordando, paso a paso, los múltiples elementos detectados dentro de cada una de las fuentes de la historia ya citadas, y que, a nuestro juicio, bastarán para sustentar, de manera sólida y objetiva, una antigua realidad histórica (desplazada por una hipótesis, posteriormente convertida en dogma):los Celtas son oriundos de la Península Ibérica.Para dar inicio a la exposición y desarrollo de nuestro enunciado, comenzaremos por un breve recuento de los investigadores que nos precedieron en la defensa de este polémico asunto.El primero que, al parecer, expuso la hipótesis fue el ilustre erudito Masdeu, “padre de la crítica de la historia de España” (S. XIX). Según él “los celtas eran originarios de España”. Posteriormente Fernández Guerra afirma en el artículo “La Cantabria”, Boletín de la Sociedad Geográfica, tomo VI, que los celtas fueron iberos en su origen. Sin embargo, después, curiosamente, se retractó. Por otra parte, el Sr. Malte-Brun creyó también a los celtas, de origen ibérico, al igual que Vallonce en su “Ensayo de la lengua céltica” y Pelloutier en la “Historia de los celtas”, tomo I. Humboldt creyó en el parentesco entre iberos y celtas. Lo mismo pensaron Pictet, Hübner y el Padre Fita, quién examinó más de doscientas inscripciones hispano-romanas, llegando a establecer una división de la lengua de los celtas-hispanos, en dos ramas: una relacionada con la hibérnica o antigua irlandesa (Gaélica), la más temprana, que ocupaba la Bética y la Lusitania; y otra, más parecida a la Gaélica y Británica, esparcida desde el extremo delFinisterre hasta la cabeza del Guadiana. Mas adelante veremos que nos dicen las más recientes investigaciones epigráficas y lingüísticas al respecto.Mención aparte merece el insigne filólogo y epigrafista español D. Juan Fernández Amador de los Ríos, quién en 1.922 dedicó un extenso capítulo al tema, en su libro “Monumento y tesoro de la Lengua Ibérica”, una obra, sin duda, erudita y de valiosa consulta. Amador de los Ríos llegó a la conclusión de que el nombre celta, propiamente dicho, era de origen hispano, derivándose de la ciudad de Celti o Kelty, población importante de las orillas del Betis, de la cual se formó el término “célticos”. El análisis lingüístico de las palabras griegas keltoi, keltike y keltisti, realizados por numerosos celtólogos de la época no aclararon más que, el término hacía referencia a gentes celtas, país celta y lo que es céltico, probándose a su vez que estos nombres no eran de origen helénico.Otro elemento importante, a tener en cuenta, es la inexistencia de topónimos, hidrónimos y nombres de ciudades con los nominativos Celti o Kelti, en las Galias y en, la Germania. Sólo se encuentran en Escocia y en Irlandalos pueblos de Quilty o Kilty. Sin embargo, en España existieron tres ciudades: una denominada Celti y Celtitan (el pais de los celtas) en la Bética; otra, llamada Céltici, en la Lusitania y la tercera, Celta o Celsa en las orillas del Ebro. Referenciados por varios autores de la antigüedad, entre ellos Estrabón, quién al referirse a los célticos de Gallaici (Galicia), afirma que procedían de los célticos de las orillas del río Ana (actual Guadiana); y junto a Solino anota que emigraron desde el sur en compañía de los Turdulis o Turdetanos (ibéricos del mediodía, emparentados con los Tartesios).Son varias las razones que pueden aducirse como prueba de que los celtas de España son más antiguos que los de la Galia y Gran Bretaña, según el destacado lingüista y epigrafistaespañol Amador de los Ríos:“... Primero, el hecho deque en Iberia, a pesar de existir el roble y la encina, no existieron druidas o sacerdotes dedicados a su culto -los cuales tomaron su nombre de drus, es decir, encina en griego, idioma que usaban y escribían los druidas en la Galia, según Julio Cesar.Segundo, si los celtas hubieran venido a España desde las islas Británicas, como planteaba Hirt, o de las Galias como afirmaban H. D´Argois De Jubajinville, Phhilipon y Jullian (padres del actual postulado galocentrista), hubieran existido los druidas en España, sacerdocio que nunca fue referenciado por cronista alguno, pero que sí existió entre los galos y britanos; entre los que, según Cesar, “... tuvo su origen , donde los que quieren estudiarlo a fondo van a aprenderlo....”Tercero, se tienen noticias de los autores clásicos sobre las migraciones de los celtas hispanos a las islas británicas, y por el contrario ninguno habla de emigraciones a la inversa.Cuarta, constan numerosos nombres ibéricos en Escocia, Gales, Irlanda, Francia (fundamentalmente en la Bretaña francesa, colonia de los bretones), y en Gran Bretaña, donde se encuentran abundantes nominaciones de lugares semejantes a los de Hispania...“Nosotros creemos que estos argumentos son bastantes convincentes, pero quizás aún más significativo sea el de la inexistencia del druidismo en España.Sobre este asunto vale la pena que abundemos un poco más. Pero... ¡OJO! No debemos entender al pie de la letra al druidismo como sinónimo exclusivo de actividades ceremoniales o casta sacerdotal. El hecho de que no exista ni la más mínima referencia sobre Druidas o actividades propias de éstos en la Hispania prerromana, no significa que entre los celtas ibéricos no existieran sacerdotes con otras denominaciones y otros cultos. La importancia de esta observación radica en una lógica elemental, en efecto, si los celtas de España eran descendientes de los galo-germanos y/o de los británicos irlandeses, no se explica entonces que existiendo una marcada actividad druídica, sobre todo en las Islas Británicas, no se haga referencia de la misma en Iberia. Contra esto pudiera argumentarse que el druidismo fue una invención tardía, que en la época en que Cesar estuvo en la Galias, aún no se había implantado en Hispania. Es posible, pero poco probable, pues significaría que fue creado casi con la entrada misma del Imperio Romano. Por otra parte, resulta ilógico pensar que entre Francia y Britana existieran relaciones druídicas (como planteaba Cesar) y que no ocurriera lo mismo entre galos y celtíberos que estaban mucho más cercanos. Sin embargo, es evidente que el druidismo ya debía contar con una larga tradición a la llegada de los romanos a las Galias.Por consiguiente, la única explicación lógica posible sería que, tal vez, aunque en un principio Galos, Británicos y Celtas tuvieron un origen común, a la llegada de los romanos ya hacía mucho tiempo que estos habían tomado rumbos diferentes (como pueblos) al de los celtas hispanos, sus ancestros. Los grupos que quedaron en la península ibérica después de las migraciones, y al menos durante unos cuantos siglos, no debieron mantener contactos sistemáticos con sus derivados. Otro dato que resulta contundente en su valoración es la referencia de Julio César sobre el origen de los galos. Según él, éstos tienen como orgullo el descender de Dite, lo cual, dicen, han descubierto los druidas, divinidad a la que ofrecían sacrificios humanos.La mayoría de los escritores clásicos afirman que Dite, Hades o Plutón (Señor de la muerte, de la región inferior o infierno (también de donde se extraen los metales) y de los pueblos dedicados a la minería, reinaba en las tierras del Ocaso y Occidente, y remarcaban que esta era la Iberia. Al respecto he descubierto inscripciones prerromanas y monogramas relacionados con la citada divinidad en varios puntos de Galicia. Estrabón expone (refiriéndose a la región de Dite): “...se halla situada en los últimos confines de la tierra, donde se dijo que se había ubicado el país de Hades o infierno...”. El finisterri.En la Península Ibérica hubo una comarca consagrada a Dite, por sus grandes explotaciones mineras, llamada la Deitania y creían los helenos (cuya lengua y escritura conocían los druidas) que en ella había vivido la divinidad, como en toda la Hispania. Por lo tanto, puede entonces, interpretarse que al decir que los galos eran descendientes de Dite se refirieran a que, lógicamente, procedían de la tierra donde habitaba Dite, o sea, Iberia.Hablando, pues, de leyendas, Dionisio de Halicarnaso refería sobre el origen de los celtas y su semejanzas con los iberos, que Ibero y Celta fueron dos hijos de Hércules, los primeros reyes de los países que por ellos se llamaron Iberia y Céltica, así como sus habitantes Iberos y Celtas. Y Dionisio Sículo afirmaba que la madre de Celta e Ibero se llamaba Pyrene (¿Pirineos?). y era hija del rey Bebrykos. Estas leyendas pudieran tener, como casi todos los mitos, un trasfondo histórico real, que esté haciendo alusión a la región de origen de iberos y celtas.








Según las fuentes Históricas, Epigráficas y Lexicográficas.
La mal interpretación de las fuentes documentales. El caso de Hekateos y Herodotos.
El País de los Celtas se hallaba en Iberia, según las fuentes Históricas y epigráficas.
Este breve artículo es una continuación o ampliación de "Los Celtas son Oriundos de Iberia" del investigador hispano-cubano Georgeos Díaz-Montexano, publicado en "Arqueología sin Fronteras" (1996).
Por J.M. Almagro. Jueves, 07 de diciembre de 2006

Todos los que de alguna manera nos hemos interesado alguna vez sobre los Celtas y sus orígenes, habremos leído sobre las célebres referencias a las citas de Hekateos y Herodotos, consideradas las más antiguas y relevantes en cuanto a la identificación de los celtas y su región nativa.Al respecto, veamos un resumen de la interpretación tradicional de estas dos importantes fuentes, según expone Gonzalo Ruiz Zapatero ("El concepto de Celtas en la Prehistoria europea y española". Universidad Complutense de Madrid. Edición ACTAS, 1993). Señalaremos en negritas y cursivas los puntos que serán objeto de análisis en este estudio."...La referencia más antigua (se refiere a los Celtas) es la de la Ora Marítima de Avieno que alrededor del 520 a.C. sitúa a los celtas como pueblo vecino de los ligures, ocupando regiones más al Occidente que éstos. Hecateo de Mileto, que debió escribir a fines del s. VI a.C., situaba la Keltike hacia el interior de la costa ligur de la colonia de Massalia, y Herodoto los colocaba en tormo al nacimiento del río Istro (Danubio) y más allá de las Columnas de Hércules. Hacia el 500 a.C., por tanto, la Céltica está atestiguada al N. de los Alpes y en las tierras occidentales del continente y es muy probable que el término "Keltoi" lo recibieran los griegos de forma oral a través de los propios indígenas. En cualquier caso es importante destacar dos conclusiones de estas referencias y dejar claro que el término "keltoi" de los primeros historiadores griegos del s. V a.C.: primero, es un término que viene definido explícitamente por su contenido geográfico y segundo, que no implica una descripción etnográfica y que tampoco existen argumentos para suponer que ellos mismos se reconocieran como una identidad étnica, independientemente de que pudiera existir una identidad lingüística, cultural, social y aun de formas políticas. Por tanto estas primeras noticias sobre los celtas tienen una connotación más geográfica que étnica, al menos en el sentido de una unidad étnica. Incluso las referencias escritas de Tito Livio y otros autores latinos sobre las invasiones de celtas en Italia y Grecia no permiten deducir una identidad étnica, cultural o incluso lingüística, y es plausible que el término "celtas" fuera un término genérico para referirse a los pueblos septentrionales más allá del arco alpino..."Análisis de los anteriores enunciados, desarrollado por Díaz-Montexano en su tesis:"...Hecateo de Mileto, que debió escribir a fines del s. VI a.C., situaba la Keltike hacia el interior de la costa ligur de la colonia de Massalia…” (Ruiz Zapatero, 1993).El autor –que resume el sentir general de las celtólogos e indoeuropeístas- comete un error de interpretación. Como bien apunta Díaz-Montexano (1995), en la cita griega de Hekateos no se dice por ninguna parte que la “Keltike se hallara hacia el interior de la costa ligur de la colonia de Massalia” (ni que los Keltoi fueran originarios de Massalia como muchos creen también erróneamente), ni siquiera se dice que esta ciudad fuera Celta; de hecho, la cita solamente dice que Massalia es una ciudad Ligur, o de la Liguria, que está en dirección próxima a la Céltica. Esa idea errónea de que Massalia era una ciudad de la Céltica –creada y extendida por ciertos autores de renombre- parte de un conocimiento deficiente de las fuentes primarias y de la gramática griega clásica, y sobre todo de una excesiva confianza en los intérpretes anteriores y maestros que les precedieron. Por otra parte, esta errónea interpretación –como veremos a continuación- ha sido perpetuada en el tiempo también por una marcada intencionalidad de” pervertir la historia” para acomodarla a la principal teoría académica que conseguió sentar dogma en las principales cátedras europeas, que es precisamente la del origen centro-europeo de los Celtas. Veamos las pruebas:Cita de Hekateos:"...Massalía pólis tês Ligüstikês katá tên Keltikên..." (Hekateo, Europa; 560-480 B.C.)"...Massalia, ciudad de la Liguria próxima a la Céltica..." (Díaz-Montexano, 1995)Análisis gramatical: kata (con acusativo) -como apunta Díaz-Montexano- en los tiempos de Hekateo solía traducirse (al referirse a lugar, posición) como "próxima a", "contra", "enfrente de", "opuesta a", “de cara a”. Así tenemos en el mismo Hekateo, otra secuencia de kata con acusativo: “...Mêlousa. nêsos kata Ibêras ...", que la Dra Elvira Gangutia Elícegui, Profesora de Investigación del CSIC e Investigadora Principal del Diccionario Griego-Español -una autoridad internacionalmente reconocida- traduce correctamente como: "...Melusa: isla próxima a los iberes..." ("La Península Ibérica en los autores griegos: de Homero a Platon" / edición, traducción y comentario, Elvira Gangutia Elicegui. Inscriptiones graecae antiquissimae Iberiae [IGAI] / edición, traducción y comentario, Helena Rodríguez Somolinos; Julio Mangas y Domingo Placido (eds.). Madrid, 1998, p. 147). Por consiguiente, es un error de interpretación seguir sosteniendo que ”…la Keltike se hallaba hacia el interior de la costa ligur de la colonia de Massalia…”. La Keltike o “región/país de los Celtas” se hallaba cercana, próxima (u opuesta) a Massalia, ciudad de la Liguria, cuyos límites llegaban justamente hasta la misma Massalia, y los pies de los Pirineos franceses; por lo que la Keltiké solamente podría haber estado bien hacia el Norte o bien hacia el Oeste de Massalia, pues el Este de Massalia era territorio Ligur.En cualquier caso, no todos los autores han comulgado con esta interpretación errónea tradicional –y generalizada- que ubicaba a Massalia bajo la Céltica -cuando no en la misma Céltica-, p.e., Alberto J. Lorrio de la Universidad de Alicante, ya en 1997 (posterior a la publicación de Díaz-Montexano, 1996) escribía sobre este punto lo siguiente:"...la primera mención de la Céltica, Keltiké, se debe a Hecateo de Mileto (ca. 500 a.C.), de cuya obra tan sólo se conservan algunos fragmentos recogidos por un lexicógrafo del siglo VI d.C., Esteban de Bizancio. Hecateo se refiere a Narbona como una ciudad céltica, lo mismo que Nirax, de localización incierta, y ubica a la colonia griega de Massalia, fundada en la tierra de los Ligures, cerca de la Céltica..." (Lorrio, Alberto J., "Los Celtíberos". Universidad de Alicante. Universidad Complutense de Madrid, 1997, p 12)En líneas generales, el resumen de Hekateo realizado por Lorrio es correcto, sin duda mucho más correcto que la errónea interpretación que expone Ruiz Zapatero, como portavoz del criterio más generalizado, no solo entre los especialistas hispano-portugueses sino entre todos los indoeuropeistas.Como apunta Díaz-Montexano, en la cita sobre Massalia, es evidente que Hekateo no dice en ningún momento que esta ciudad estuviera en la misma Céltica sino próxima, por lo que la Céltica podría estar en cualquier lugar próximo a Massalia, bien hacia el Norte o hacia el Occidente, pues al Este se extendía los límites de la Liguria, y para saber en cuál de estos puntos se hallaba la Céltica tenemos a Herodoto, quien -sin lugar a dudas- ubica a la Keltike o “Nación de los Celtas” después de las Columnas de Hércules, limítrofes de los Kynetes/Kynesios (los más occidentales de toda Europa), o sea, en el suroeste de Iberia.








Mapa del Mundo Antiguo según Hecateo de Mileto (s. VI a.C.) Según la reconstrucción propuesta por Díaz-Montexano, la Céltica (Keltikên) se extendía desde el occidente de Iberia (limitando con los Kynesios) hasta la Narbonensse como límite más oriental, pues en Hekataios, la dos únicas ciudades que se mencionan como "Polis Keltike" ("ciudad celta") son Nyrax (no identificada aún) y Narbon, al pié de los Pirineos de la parte francesa; por eso cuando habla de la ciudad de Massalia, que afirma es Ligur, dice que esta se hallaba cercana (opuesta) a la Céltica en griego, "...katá tên Keltikên.". Sin duda, Massalia (Marsella) está próxima (enfrente, opuesta) de Narbona, o sea, del límite oriental de la Céltica.
Continúa Lorrio:"...Será Herodoto (2, 33 y 4, 49) quien, en pleno siglo V a.C., proporcione la primera referencia segura respecto a la presencia de Celtas en la Península Ibérica, al señalar que el Istro (luego Ister), actual Danubio, nacía en el país de los Celtas, cuyo territorio se extendía más allá de las Columnas de Hércules, siendo vecinos de los Kynesios (o Kynetes), pueblo que era considerado como el más occidental de Europa. Así pues, los referidos pasajes de Herodoto pueden considerarse como la más antigua evidencia de la utilización del etnónimo Keltoi en la Península Ibérica. Aun con el error en la identificación de las fuentes del Danubio, que son situadas en las proximidades de la ciudad de Pyrene (2, 33), localizable en el extremo oriental de la Cordillera Pirenaica, y de la que se hace mención en el Periplo de Avieno (vv. 559-561) como frecuentada por los massaliotas, la veracidad del texto de Herodoto es aceptada de forma generalizada (vid., entre otros, Powell 1958: I3 s.; Fisher 1972: 109 s.; Rankin 1987: 8 s.; etc.)…” (Lorrio, Alberto J., "Los Celtíberos". Universidad de Alicante. Universidad Complutense de Madrid, 1997, p 12)Sin embargo, también esta célebre cita de Herodoto ha sido malinterpretada (o mal traducida) de manera tal que también ha proporcionado cierta cobertura a la teoría tradicional más institucionalizada, ya que lo que para algunos no es más que un error, para otros es una evidencia de que Estrabón estaba informándonos de que el país de los Celtas se hallaba mas bien hacia el Este de Europa que hacia el occidente -donde es posible que también existiera otra ciudad con el nombre de Pyrene- y por consiguiente que la cita de los celtas en Iberia junto a los Kynesios podría ser una indicación de la extensión del territorio celta hacia el Oeste… ¿pero, realmente ha existido un posible error geográfico?, ¿cometió Estrabón un error, o varios errores, en este pasaje de sus Historias? Díaz-Montexano ha realizado un estudio directo del texto griego y ha llegado a la conclusión de que Estrabon no cometió ningún error; en todo caso sería el primer traductor o intérprete latino, del que copiaron después la mayoría de los traductores hasta hoy –en sucesivas cadenas- el que cometería los posibles errores. Veamos las evidencias:Cita de Herodotos:"...[3] Istros te gar potamos arxámenos ek Keltôn kai Purênês polios rheei mesên schizôn tên Eurôpên: hoi de Keltoi eisi exô Hêrakleôn stêleôn, homoureousi de Kunêsioisi, hoi eschatoi pros dusmeôn oikeousi tôn en têi Eurôpêi katoikêmenôn..." (Herodotos, Historias. 2.33.3)Veamos la traducción inglesa del Dr. Godley (1920), de la cual han derivado la mayoría de las traducciones en castellano y en todas las lenguas modernas peninsulares del último siglo pasado."... [3] For the Ister flows from the land of the Celts and the city of Pyrene through the very middle of Europe; now the Celts live beyond the Pillars of Heracles, being neighbors of the Cynesii, who are the westernmost of all the peoples inhabiting Europe..." (Herodotus, with an English translation by A. D. Godley. Cambridge. Harvard University Press. 1920)Veamos ahora una traducción bastante reciente de nuestra experta española, la Dra Elvira Gangutia:”… (Her. I 2.33) El río Istro, tras nacer en el país de los celtas y ciudad de Pirene, corre dividiendo Europa por la mitad. Los celtas habitan allende las columnas de Heracles y limitan con los cinesios, que son los habitantes más extremos hacia el occidente de los que viven en Europa…” (Gangutia Elicegui, Ob. Cit., 1998)Podemos observar como la traducción de Gangutia apenas se diferencia de la del Godley, salvo en ‘fluir’ por ‘correr’, y la omisión de la palabra ‘río’ por Godley. Sin embargo, Georgeos Díaz-Montexano sostiene –y demuestra- que estas traducciones presentan un error serio de interpretación (que ya viene perpetuándose desde las primeras traducciones realizadas en la Edad Medieval); se trata de la secuencia “…arxámenos ek Keltôn…”, que desde las primeras traducciones, realizadas desde interpretaciones latinas, se traduce como “nace (naciendo o tras nacer) en el país de los Celtas”. El error de interpretación está justamente en ek, que con genitivo, y relativo a lugar (de posición), debe traducirse como “fuera de”, “allende”, “desde más allá de”, igual que ex / exo (ver anexos). Díaz-Montexano propone una traducción más ajustada a las normas de la gramática griega clásica, metafrástica; en definitiva, más fidedigna:"...El Istros, en efecto, es el río que comenzando fuera de las (tierras) Célticas y la ciudad de Pirene corre por la mitad dividiendo a la Europa; los Celtas, por otra parte, están más allá de las Estelas de Herakles, confinando pues a los Kynesios, los más extremos -que cerca de las puestas del sol moran- de los que habitan la Europa..." (Georgeos Díaz-Montexano, 1995)
















Mapa del Mundo Antiguo según Herodotos (s. V a.C.) Según la reconstrucción propuesta por Díaz-Montexano, la Céltica (Keltikên) se extendía desde el occidente de Iberia (limitando con los Kynesios) hasta la Narbonensse como límite más oriental, pues en Hekataios, la dos únicas ciudades que se mencionan como "Polis Keltike" ("ciudad celta") son Nyrax (no identificada aún) y Narbon, al pié de los Pirineos de la parte francesa; por eso cuando habla de la ciudad de Massalia, que afirma es Ligur, dice que esta se hallaba cercana (opuesta) a la Céltica en griego, "...katá tên Keltikên.". Sin duda, Massalia (Marsella) está próxima (enfrente, opuesta) de Narbona, o sea, del límite oriental de la Céltica.Si bien es cierto que traducción rectificada de Díaz-Montexano no resulta tan “elegante” o “poética” es más fiel al sentido literal o metafrástico y gramatical del texto. Así pues, lo que desde un principio –desde hace varios cientos de años- se supuso un grave error de Herodotos, a la par que una evidencia de que la Céltica se hallaba mas hacia la Europa central que hacia Iberia, resulta que no era ningún error de Herodotos sino un simple error de interpretación gramatical.El texto –ahora- cobra (más bien recupera) el verdadero sentido de la descripción de Herodotos. El país o las tierras de los Celtas se hallaba en Iberia, confinando con los Kynesios, como afirma Herodotos, dos veces en el mismo texto, y el río Istros (presumiblemente el Danubio o Rhim) tenía su comienzo (principio o inicio) en un punto “fuera de” la Céltica, no dentro de la propia Céltica, como se puede comprobar en las dos menciones de Herodotos donde usa la misma secuencia “…arxámenos ek Keltôn…”, “…comenzando (surgiendo) fuera de las (tierras) Célticas”.
Anexos:I. ek [ex before a vowel, eg before b g d l m] prep. governing GEN. only, Lat. e, exRadical sense, from out of, opp. to eis:Perseus. out of, from. c. gen.I. OF PLACE: 1. of Motion, out of, forth from, Hom., etc.: ek thumou phileon I loved her from my heart, with all my heart, Il.2. to denote change from one place or condition to another, kakon ek kakou one evil from (or after) another, id=Il.; logon ek logou legein Dem.3. to express distinction from a number, ek poleôn pisures four out of many, Il.4. of Position, like exô, “outside of”, “beyond”, ek beleôn “out of shot”, id=Il.; ek kapnou “out of the smoke”, Od. [Henry George Liddell. Robert Scott. A Greek-English Lexicon. revised and augmented throughout by. Sir Henry Stuart Jones. with the assistance of. Roderick McKenzie. Oxford. Clarendon Press. 1940]

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