jueves, 25 de junio de 2009

Juan Carlos Aparicio, alcalde de Burgos, se encargo personalmente de las cenizas de Basilio.


Desde esta web, nos congratula saber que fue el alcalde de Burgos, en persona, Juan Carlos Aparicio, quien se responsabilizó de la bonita tarea de esparcir las cenizas en el nacimiento del Esgueva, de Basilio Serrano Martín.
También nos alaga el hecho de que supiera de las maravillas, de un pueblo como Valdeande, y de la magia que rodea a la ermita del Juncal.
Para los celtas, el nacimiento del agua era mágico, por eso adoraban las fuentes y las corrientes de agua, pero si además sucedía que en medio de un bosque de robles, había un cruce de ríos, la magia era doble.
Eso justo pasaba en el entorno de la Virgen del Juncal. Estaba todo cubierto de robles, y se juntaba el nacimiento del río Esgueva y el río Tristierna. Dicho punto altamente cargado de energía, lo adoraban los celtas, las brujas hacían sus rituales ,y luego los cistercienses mezclados con los templarios y apoyados por las grandes monarquías europeas, en un intento de recuperar el antiguo imperio celta, que ocupaba practicamente toda Europa, fueron recordando todos estos mágicos lugares, contando siempre la misma historia: había aparecido Nuestra Señora en una fuente, árbol, piedra... (lugares que adoraban los celtas), y no se podía trasladar de allí, había que construir un templo en ese lugar (lo importante no era la Virgen, sino señalar el lugar). La historia de Valdeande, nos habla de un Juncal.
Para señalar esos lugares mágicos, la Virgen solía ser negra, y establecían unas romerías, que no hacían sino volver a recordar la tradición celta, anterior a los romanos.
Para los valdeandinos, el lugar sigue siendo mágico, y la romería sigue existiendo.
Pues bien, ése ha sido el lugar elegido por Basilio Serrano Martín, como punto de partida en su largo camino hacia la paz eterna.

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