jueves, 8 de octubre de 2009

La Sábana Santa de Turín, fue una sábana que cubrió a un Cristo que estuvo dentro de un sarcófago por el último ritual de la resurreción.


Según Valdeandemagico, y siguiendo con la teoría de cavidades resonantes de las pirámides, la Sábana Santa corrresponde a un Cristo que tras realizar los rituales de los misterios, y llegar al último que es el de la resurreción, pasó un tiempo dentro de un sarcófago que se encontraba en una cavidad resonante, y fue cubierto por esta sábana, sobre la que se reprodujo la imagen fruto de las radiofrecuencias resonantes que se producían en ese punto. Es decir la radiacción no fue producida por el cuerpo de Jesús, sino que fue fruto de la resonancia. Creer, creemos que la Sábana Satana es verdadera y que posiblemente perteneció a Jesús, pero lo que también creemos es que el sarcófago donde estuvo pudo ser el que debía de haber en la cámara del templo de Salomón, o un lugar parecido donde con anterioridad ya realizaban el ritual de la resurrección, es decir ya sabían donde tenían que llevarllo para intentar resucitarlo.

Llevamos tiempo defendiendo que la construcción inicial de las tres pirámides de Giza (Keops, Kefren y Micerinos) fue para obtener datos físicos del estado de habitabilidad de la tierra, los cuales mandaban al espacio. Ese fue el origen, pero luego el uso que se le dio a lo largo de los milenios fue variado. Se hicieron muchas réplicas, intentando imitarlas, aunque nunca llegaron a ser tan perfectas, y entre tanto se establecieron unos rituales de iniciación que fueron llamados misterios. Según Platón esos misterios tienen más de 10000 años de antigüedad, y han llegado hasta nuestros días con nombres como bautismo, confirmación, eucaristía ...

El caso es que a la persona que realizaba dichos rituales de iniciación se le daba el nombre genérico de Cristo, luego con el absoluto poder de la iglesia católica de apoderarse de toda la historia, ese Cristo pasó a ser asociado con Jesucristo, pasando al olvido los muchos iniciados que realizaban dichos rituales.

En las pirámides se enterraron a faraones en sarcófagos, pero también la última prueba de iniciación de los misterios, siempre era la de la resurrección, la cual a veces suponía permanecer una noche entera dentro de un sarcófago.

Cuando Salomón quiso construir su templo para guardar el arca de la Alianza y no encontraba sabios arquitectos, lo que realmente buscaba era alguien que supiera las medidas de resonancia, las que luego se llamaron medidas sagradas. El resultado final era conseguir una doble resonancia entre la cavidad exterior de la cámara y la cavidad del sarcófago. Tanto la cámara, como el sarcófago eran de mármol que contiene cantidades de cuarzo con su efecto efecto piezoeléctrico producido al variar los tamaños del cuarzo, lo cual sucede con las variaciones de temperatura entre el día y la noche; y también posee el mármol el famoso componente altamente radiactivo Radón.

Volviendo a la Sábana Santa de Turín, nos encontramos con los análisis de polen, que en principio solo darían valor para el seguimiento de los lugares por los que pasó la sábana. También tenemos los valores del carbono 14, los cuales al partir de la base de que dicha sábana estuvo expuesta con anterioridad a radioactividad, pues dejan de ser fiables.

Y el punto que más llama la atención, por lo aparentemente mágico o sagrado es el de la resurrección, la tridimensionalidad, la energía...

... el sorprendente descubrimiento que se produjo en la Academia de las Fuerzas Aéreas de Colorado Springs y en el laboratorio de Propulsión Jet en Pasadena, ambas en los Estados Unidos. Las imágenes visibles en la Sábana Santa fueron sometidas al analizador de imagen VP-8. Este sofisticado aparato es el decodificador y recompositor de las fotografías enviadas desde Marte por el proyecto Viking. Hay que aclarar que una fotografía tiene dos dimensiones y que es prácticamente imposible que una imagen pintada sometida a este aparato proporcione una figura tridimensional. Pues bien, la imagen de la Síndone corresponde a un cuerpo tridimensional con tres coordenadas. En un simposium celebrado en Londres, Eric Jumper llegó a conclusiones inauditas extraídas de estos análisis:
Es absolutamente imposible que las imágenes se formaran por contacto.
No son manchas. (Se refiere a las impresiones del cuerpo).
Una radiación de energía cuya naturaleza no está determinada chamuscó de dentro hacia afuera la sábana.

Pues bien este punto es el que para nosotros es indicativo que sencillamente nos encontramos ante una persona llamada Cristo, que no tuvo porque ser Jesucristo, que realizó los rituales de los misterios y en el último rito, el de la resurrección, permaneció al menos una noche dentro de un sarcófago de mármol, el cual estaba en una cámara exterior parecida a la de las pirámides, o a las del templo de Salomón, y permaneció ahí cubierto por una sábana, la cual luego pasó a ser la Sábana Santa de Turín.



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