sábado, 26 de septiembre de 2009

Pirámides a orillas del mar

El mar llegaba hasta ellas.

Hay muchas fuentes que nos señalan que Egipto es milenios mas antiguo de lo que se cree. Ante ellas la actitud mas corriente es volver la vista a un lado y hacer como si nada pasara. En Egipto todo está ya presente al principio. Muchos de los logros de las primeras dinastías nunca fueron igualados. Pero, ¿pudo surgir todo este amplio desarrollo de la nada?.
La egiptología oficial sitúa el comienzo de las dinastías egipcias con la unificación del país por el rey Menes. Pero otros documentos nos hablan de la existencia de cientos de reyes anteriores a Menes. Por ejemplo el Canon Real de Turín , papiro descubierto en 1822 en Tebas, que sitúa el primer gobierno de Egipto milenios atrás del rey Menes. Esto lo corrobora Manetón, sacerdote egipcio que en el 240 a.C. recibió el encargo de escribir una historia de Egipto desde sus comienzos, para lo cual tuvo acceso a los registros secretos del templo de Heliópolis; la lista de Manetón abarca casi 25000 años. La Piedra de Palermo menciona 120 reyes anteriores a Menes. La arqueología oficial considera mitos todos estos testimonios.
En uno de los Libros de Hermes se dice que había algunas pirámides situadas a orillas del mar cuyas olas se estrellaban furiosamente contra su base. Luego las pirámides ya estarían allí antes de los importantes cambios geológicos que dieron lugar a la desecación del mar del Sahara y que tuvieron lugar hace unos 11500 años.
En 1991, en un estudio de la Universidad de Boston, el geólogo Robert Schoch llegó a la conclusión de que la Esfinge debía haberse construido hacía miles de años dada la erosión de dos metros de profundidad que presentaba en su zona delantera provocada por la lluvia. La erosión que provoca la lluvia es muy distinta a la del viento. La lluvia forma regueros y abre canales verticales en la roca y esta era la erosión que presentaba la Esfinge. Cuando Schoch presentó sus averiguaciones en EEUU no menos de 275 geólogos se le ofrecieron entusiasmados para colaborar con él. Sin embargo, los egiptólogos se mostraron indignados o desdeñosos.
En 1994 el ingeniero angloegipcio Robert Bauval se dio cuenta de que las tres grandes pirámides de la meseta de Guiza estaban distribuidas sobre el desierto de manera muy parecida a como lo estaban en el firmamento las tres estrellas del Cinturón de la Constelación de Orión. De manera parecida, sí, pero no perfecta.¿Hubo un tiempo en que sí estuvieron perfectamente alineadas? Sí, Bauval observó que la pauta de las pirámides en el suelo fue un reflejo perfecto de las estrellas del Cinturón de Orión en el año 10450 a.C. Además no hay que olvidar que Orión era el equivalente de Osiris y su Cinturón era el Duat , puerta por la que el alma del faraón debía pasar para llegar al Amenti , equivalente del Paraíso de los cristianos o del Nirvana budista.
En el Timeo cuenta Platón que cuando Solón visitó Egipto en 600 a.C., los sacerdotes le contaron como fue la destrucción de los últimos restos de la Atlántida, acaecida unos nueve mil años antes, y de cómo se había hundido debajo de las olas.
¿Pero qué decían los mismos egipcios acerca de las pirámides? Que las construyeron los egipcios, sí, pero no los de la época que nosotros conocemos, sino otros de épocas anteriores, de un Egipto prehistórico, que constituía una civilización superior en conocimiento, que a lo largo de los milenios fue cayendo en decadencia y perdiendo su nivel hasta desembocar en el Egipto conocido.
Y es que no sólo Egipto sería mucho mas antiguo de lo que se piensa, sino que habría ido no evolucionando, sino involucionando, yendo de más a menos. Cuanto más nos remontamos en la historia más perfecto y delicado aparece el arte egipcio. Las pirámides se hicieron en las primeras dinastías (o antes como hemos visto) y luego no se volvieron a hacer. Hubo resurgimientos culturales, pero no se volvieron a construir pirámides. Las fuentes egipcias dicen que antes de Menes Egipto estuvo gobernado por dioses y luego por semidioses, lo que tomamos como una clara alusión a una civilización superior a la histórica. Schwaller de Lubicz declara que llegó un momento en que los semidioses o sacerdotes se convirtieron en los mentores de la civilización faraónica, a la que enseñaron geometría, ciencia y medicina.
No hay pruebas arqueológicas que determinen qué hombres pudieron construir las pirámides. Lo que sí hay son pruebas que dicen que los hombres del Egipto conocido no pudieron hacerlo. El interrogante permanece pues, abierto.
DIVINA PROPORCIÓN
Indica S. Giedion : El papel tan importante que ha desempeñado la regla de oro en la construcción de las pirámides descarta todo empleo accidental de las leyes de la proporción.
Pi y Phi no dejan de aparecer en la Pirámide. Son números irracionales, difíciles de limitar pero fáciles de obtener mediante un compás y una escuadra. Su utilización permite proyectar superficies esféricas sobre superficies planas.
Dice M. Ghyka: La superficie total de la gran pirámide se encuentra dividida siguiendo la sección dorada, de tal forma que la relación entre la superficie de la base y la superficie lateral sea igual a la relación de esta última y de la superficie total. También la relación del área de base con el área de la sección meridiana es igual a Pi. Phi y Pi aparecen de nuevo en la relación entre el pentágono y el hexágono, ambas figuras integradas en la Gran Pirámide, pues el lado de su triángulo de sección y el de su triángulo de cara son respectivamente el lado de un pentágono y el de un hexágono inscriptos en el mismo círculo. Las dimensiones de la Cámara del Rey constituyen un rectángulo de oro.
Los egipcios daban una gran importancia al valor Phi. Según Schwaller de Lubicz, Phi no es solamente un número, sino sobre todo es una función creadora. Simboliza el fuego de la vida, el Logos de San Juan, el impulso masculino de la creación. En el Timeo , Platón lo llama la clave del conocimiento físico del universo.
La continuidad sin fin de las proporciones relacionadas es quizá la razón por la cual las líneas y las superficies de la Gran Pirámide reflejan perpetuamente aspectos nuevos del número de oro dice S. Giedion.
Después de este recorrido sólo podemos decir que la Gran Pirámide y el pueblo que la vio nacer siguen siendo para nosotros grandes interrogantes que nos desbordan y que sólo llegamos a aliviar esa ignorancia especulando sobre lo que pudo ser.
En uno de los textos herméticos dice el dios Thot : ¿No sabes, Asclepios, que Egipto es una imagen del cielo?¿O, más exactamente, que en Egipto todas las operaciones de los poderes que gobiernan y actúan en el cielo han sido trasladadas a la tierra de abajo?

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