lunes, 7 de diciembre de 2009

La pirámide de Keops también media el viento



Al estudiar como estaba construida la pirámide de keops, y fijarnos en la denominada puerta original de entrada, nos cuentan que había una piedra basculante y que dicha piedra se caracterizaba porque era fácil abrirla desde dentro, pero muy difícil desde fuera. Esa piedra basculaba sobre los dos ejes superiores.

Pues bien, según la teoría de valdeandemagico, en la cual sostenemos que el complejo piramidal de Giza era un centro de recogida de datos físicos de la tierra, esta piedra basculante, no era ni más ni menos que la encargada de medir el viento que hacía en el exterior.
La fuerza del viento, hacía mover la piedra, y dependiendo en la posición que se encontrara dicha piedra, hacía que la reflejada del pulso que salía de la cámara del Rey, pues volviera antes o después. Si la piedra estaba más hacia dentro, significaba que hacía más viento, y esa posición de la piedra, hacía que el pulso saliente de la cámara del Rey, volviera antes, por lo que así se podría medir desde el espacio el viento que hacía en el exterior de la pirámide. Vamos, exactamente a un micrófono de la actualidad, pero de mayores proporciones, aunque el efecto era exactamente el mismo.
En el dibujo adjunto, se explica como funciona las zonas de alta y baja presión del aire, y sirve para entender la importancia que tenía el hecho de construir la pirámide en los 30 º N respecto a la medición de los vientos terrestres, y lo que ello implicaba de la presión atmosférica de la tierra.




A 17 m de altura en su cara norte se observa la entrada original a la siringa. Lo primero que destaca son los cuatro gigantescos bloques de piedra que descansan sobre el dintel de la puerta. Multitud de personas con pretensión de pasar a la posteridad han escrito allí sus nombres, pero la más llamativa de todas las inscripciones es la que hay en el bloque superior derecho. Está realizada en jeroglíficos por el egiptólogo alemán Richard Lepsius a mediados del siglo XIX, y en ella se refiere al rey de Prusia, Federico Guillermo IV, ni más ni menos que como “Rey del Alto y Bajo Egipto”.
En el triángulo formado por los bloques de descarga y el dintel hay cuatro signos grabados: un tetragrama que nada tiene que ver con la escritura jeroglífica egipcia ni con ninguna otra escritura conocida. No se sabe quién grabó esos signos ni cuándo. Posiblemente sean la obra de un bromista, o tal vez estén ahí desde el principio.

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